Tener un niño es como un viaje: le acompañarás por el camino, presenciando sus logros y sus fracasos, viendo sus transformaciones, hasta que un día te soltará la mano e irá solo pero nunca sin mirar hacia atrás…
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La tarea de ser padres

Los Terribles Dos Años
Un niño de dos años puede ser un ángel y un monstruo casi en el mismo momento; tan encantador como agotador !te pondrá a prueba de todas las formas pensables e impensables! Ha llegado la época de las pataletas, el hacer caso omiso a todo,  la rebeldía, las peleas entre los amigos por los juguetes, el egocentrismo, el meterse siempre donde no se debería; un niño pequeño tiene el don indescriptible de poner en evidencia a sus papis en público a la más mínima oportunidad y de poner patas arriba a sus vidas en general. ¡No es por nada que se llaman los terribles dos años y para sobrevivirlos es imprescindible una buenas dosis de paciencia y de sentido de humor!

Antes de tener un niño no entendía como otros padres podían gritar a sus hijos en plena tienda que son “unos pesados”. ¡Ahora lo entiendo perfectamente! Para criar un niño de dos años hay que tener la paciencia de un santo pero, claro, ninguno somos santos (ni falta que nos hace!); somos seres humanos, por tanto, imperfectos por definición. Claro que hay que mostrarnos muy pacientes aunque siempre habrá momentos en que perdemos los estribos, situaciones que están acentuadas cuando estamos cansados o estresados. Sin embargo, perder la calma no hace más que empeorar la situación porque antes que disminuir el grado de tensión lo aumenta; el niño copiará todo lo que hacemos y si queremos que sea tranquilo también tenemos que serlo nosotros por narices. Regla número uno de la supervivencia: si quieres que tu hijo o hija haga o deje de hacer una cosa deberías hacer/no hacerlo tú si no no te tomará en serio.

Tengo que reconocer que para mí los primeros seis meses eran los más fáciles en la vida de mi peque. Un bebé de pocos meses duerme mucho y no puede ir a ninguna parte: si lo dejas en una manta en el suelo allí estará cuando vuelves. Hasta los seis meses de edad los bebés solo toman leche, la cual requiere poca o ninguna preparación. De allí pasan a los purés, a los triturados para luego probar progresivamente los sólidos y es en ese momento que cada comida se convierte en cosa de horas más que de minutos. No solo hay que prepararla , sino intentar hacer que la coma y luego limpiar los restos (¡suele haber más restos que comida tomada al principio, sobre todo en el suelo, el techo, la silla, la pared, la cara y las manos de tu hijo y en tu pelo!). Una vez que empiecen a gatear hay peligro en todas partes, luego cuando empiecen a caminar y a correr ¡es cuando realmente empiece la diversión! Recuerdo solo la semana pasada cuando mi hijo decidió seguir a un compi en la moto hacia la calzada y cuando iba detrás mi di cuenta que era cuesta abajo y que no podía alcanzarle entonces tuve que agarrarle como pudiera para salvarle del desastre y ¡terminé dándome toda la vuelta por los aires, finalmente aterrizando de culete muerta de vergüenza y con medio barrio mirándome! ¡Ya os digo los niños tienen ese don de humillarte en plena calle! ¡Es cierto que con mi hijo nunca hay momentos aburridos! También es cierto que cuando un niño ya sea móvil hace falta mucha más energía y velocidad para sacarle de apuros y ¡era cuando mi peque cumplió dos años cuando empecé a entender por qué la gente dice que es muy duro ser padre!

Sin embargo, a parte de los berrinches, la necesidad de repetir las cosas hasta saciedad y las travesuras, un niño de dos años crea momentos inolvidables, preciosos, graciosos que valorarás para siempre. Te llenará de orgullo cuando aprenda una cosa nueva, sea vestirse solo, ir al váter, lavarse las manos o ayudarte a recoger la mesa, y en la medida en qué empiece a hablar te fascinarán y te sorprenderán sus avances – irá cantando por toda la casa y riéndose a la más mínima mueca que haces o broma que gastas, adorando tu atención y tus mimos; serás siempre el centro de su universo, tendrás una razón de ser auténtica y valiosa; quedarán miles de recuerdos tan irrepetibles como efímeros grabados en tu memoria para siempre como una cámara de fotos en tu cerebro, y su sonrisa y su risa te ayudarán a olvidar tus preocupaciones y penas y convertirte en una persona menos egoísta y más sabia y comprensiva.
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